dilluns, 20 d’octubre del 2014

'La ciudad de los prodigios' (Seix Barral), de Eduardo Mendoza

Erigida entre la crónica y la fábula, esta asombrosa novela mezcla la realidad y la ficción de una época que se sitúa en una Barcelona sórdida en la que empieza a aflorar el cosmopolitismo.

Según explica el propio autor en las notas de la reedición de 2001, empezó a escribir La ciudad de los prodigios en 1976, poco después de que apareciese su primera novela: La verdad sobre el caso Savolta. Eduardo Mendoza cuenta que empezó a escribirla fuera de su Barcelona natal, epicentro ambiental del argumento, pero que la rescató una vez instalado en la Ciudad Condal y la reescribió siendo finalmente publicada en 1986 por la editorial Seix Barral. 

Puesto que la trama tiene lugar en el período transcurrido entre las dos exposiciones universales celebradas en Barcelona,  el 1888 y el 1929, se puede pensar que se trata de una novela histórica pero no es así. De hecho, Mendoza ya advierte en el prólogo que se trata de una transcripción de la memoria colectiva de una generación de barceloneses. El resultado es una crónica novelada que retrata la evolución de una sociedad hasta alcanzar su desarrollo industrial, económico y social. Este proceso se narra a través de la singladura vital del protagonista, Onofre Bouvila, quien llega desde un pueblo primitivo y rústico de la Cataluña profunda a una bulliciosa y caótica Barcelona que justo inicia su camino hacia la industrialización. 

Exposición Universal 1888. Arxiu Fotogràfic de Barcelona.
Las primeras páginas muestran al jovencísimo Bouvila como la encarnación de los integrantes de las clases sociales más humildes. Acuciado por la miseria, el chico se ve obligado a avivar su ingenio  para desenvolverse en una ciudad ahogada en la pobreza y en las privaciones. No obstante, pronto se da cuenta de que el empeño y la astucia no son suficientes para alcanzar las metas que se ha propuesto y enseguida da rienda suelta a su falta de escrúpulos. Su ambición, su frialdad y su impiedad le catapultan hacia el éxito económico convirtiéndole en uno de los hombres más ricos e influyentes tanto de Cataluña como de España.

Esta historia de ascensión financiera arranca durante la época de construcción de las instalaciones destinadas a la Exposición de 1888, cuando Onofre se hace repartidor de folletos anarquistas. Su vinculación con esta filosofía económica y social sólo se basa en la necesidad del joven de obtener unos ingresos, ya que a él no le interesa ni el Estado ni la clase obrera: sólo le mueve su propio egoísmo y el deseo de hacerse rico. Con esta idea en mente, se hace vendedor de crece pelos hasta que consigue introducirse en el turbio mundo de los negocios ilegales y de allí a la especulación inmobiliaria.

Exposición Internacional 1929. Arxiu Fotogràfic de Barcelona.
En este recorrido vital no sólo vemos cómo despierta una ciudad que se abre urbanísticamente y que se desarrolla como centro económico, político y social; vemos también un heterogéneo reparto de personajes, algunos reales y otros ficticios, cuyas personalidades e historias se entrelazan en la trama convirtiéndola en una obra coral que fluye entre lo novelístico y lo anecdótico. De esta manera, aparecen figuras pretendidamente históricas pero que no lo son, hechos que se transforman en leyendas y mitos que nacen de una voluntad fabuladora para mostrar una Barcelona más libresca que histórica.

Gracias a todos estos elementos, argumentales y estilísticos, Mendoza consiguió con La ciudad de los prodigios consolidar su prestigio literario. Su imaginación desbordante se une en este libro a su habilidad para barajar diversos géneros ofreciendo una obra en la que podemos encontrar novela negra, histórica, folletinesca y hasta fantástica. Pero, sobre todo, despliega una prosa evocadora, muy rica y, sin embargo, sencilla que enaltece hasta lo misérrimo.   

2 comentaris:

  1. De este autor leí algunos libros durante mi adolescencia. Justo hoy pensaba en buscar algo de él para leer próximamente. Me apunto este título, a ver qué tal la experiencia :-)
    Un fuerte abrazo!

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    1. Hay quien dice que es su mejor novela, Víktor, muy distinta de la línea humorística de 'Sin noticias de Gurb' que es la que hacen (o hacían leer en mi época de librera) en los institutos. Espero que te guste. Ya me contarás.

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