Hacía mucho tiempo que no leía relatos cortos, porque me
siento cómoda en lecturas de larga distancia que me permiten recrearme en
ambientes, tramas y personajes que acabo por hacer míos. Quizás por eso había
olvidado lo refrescante que resulta precipitarte en una historia que condensa
en pocas páginas toda su fuerza narrativa. Descubrirla, sorprenderte o, quizás,
reflexionar, y adentrarte de nuevo en otra rápida peripecia.
Leer Todo lo que no
puedes ver, el último trabajo del escritor y blogger Joan Llensa, me ha
recordado la época en que devoraba las historias de Edgar Allan Poe y Lovecraft
y las leyendas de Bécquer. No es que los relatos de Llensa tengan mucho que
ver, en realidad muy poco, pero la sensación de curiosidad primero, inquietud
más tarde, y sorpresa final sí que son los mismos.
Hay una gran pericia en la forma de plantear cada historia, de manera que en cada relato se crea la ambientación necesaria para atrapar al lector. Si a eso le sumamos el ritmo narrativo el resultado es una lectura que atrapa y envuelve. No es fácil conseguir algo así, pero Joan Llensa, a pesar de la diversidad de argumentos que van del suspense a la ciencia ficción, logra que cada relato despierte interés y su final no defrauda. Son desenlaces claros y directos, no juega con la ambigüedad ni con dejar para el lector el trabajo de imaginar cómo acaba. Se arriesga y propone la resolución de cada historia en consonancia con el estilo que otorga a cada una de ellas, ya sean góticas, catastrofistas o apocalípticas.
Hay una gran pericia en la forma de plantear cada historia, de manera que en cada relato se crea la ambientación necesaria para atrapar al lector. Si a eso le sumamos el ritmo narrativo el resultado es una lectura que atrapa y envuelve. No es fácil conseguir algo así, pero Joan Llensa, a pesar de la diversidad de argumentos que van del suspense a la ciencia ficción, logra que cada relato despierte interés y su final no defrauda. Son desenlaces claros y directos, no juega con la ambigüedad ni con dejar para el lector el trabajo de imaginar cómo acaba. Se arriesga y propone la resolución de cada historia en consonancia con el estilo que otorga a cada una de ellas, ya sean góticas, catastrofistas o apocalípticas.
El nexo que une a todos estos relatos es, curiosamente, la
realidad ya que parten de una cotidianidad que se desgarra y muestra su otra
cara, la que no podemos ver. Por eso, precisamente, la sensación que provocan
es mucho más inquietante, porque nos recuerda todo lo invisible que nos acecha.
El libro, además, cuenta con unas magníficas ilustraciones que ha realizado el hijo del autor. Yo no soy una entendida, pero la verdad es que me han gustado mucho y me admira que hayan podido ser realizadas por un artista tan joven.
Si queréis saber más sobre Todo lo que no puedes ver, aquí encontrareis más información: El Sótano de los Sueños.
El libro, además, cuenta con unas magníficas ilustraciones que ha realizado el hijo del autor. Yo no soy una entendida, pero la verdad es que me han gustado mucho y me admira que hayan podido ser realizadas por un artista tan joven.
Si queréis saber más sobre Todo lo que no puedes ver, aquí encontrareis más información: El Sótano de los Sueños.