diumenge, 9 d’agost del 2009

OLGA OROZCO

Llegint l'agenda literaria de Barcelona Literata, i gràcies a l'article de Nora Almada "Recordando a... Olga Orozco", he descobert aquesta poetessa argentina.

L'article explica que Editorial Bruguera ha editat un nou llibre de poemes seus pòstums, Últimos poemas. L'autora va treure el seu primer llibre el 1946 i va continuar editant fins l'any abans de la seva mort el 1999.

Olga Orozco va nèixer a La Pampa el 1920 i als 16 anys es va traslladar amb els seus pares a Buenos Aires on va estudiar Filosofia i Lletres. De molt jove va formar part del grup literari Tercera Vanguardia de tendència surrealista, va treballar com a periodista i va dirigir diverses publicacions literaries. La seva obra ha estat traduïda a diverses llengües i va obtenir premis tan prestigiosos com el Nacional de Poesía (1988) o el de Literatura Latinoamericana Juan Rulfo (1998) entre d'altres.

Els seus versos parlen de la mort, de vegades subtilment, d'altres amb evidència:


No estabas en mi umbral
ni yo salí a buscarte para colmar los huecos que fragua la nostalgia
y que presagian niños o animales hechos con la sustancia de la frustración.
Viniste paso a paso por los aires,
pequeña equilibrista en el tablón flotante sobre un foso de lobos
enmascarado por los andrajos radiantes de fe
brero.
Venías condensándote desde la encandilada transparencia,
probándote otros cuerpos como fantasmas al revés,
como anticipaciones de tu eléctrica envoltura -el erizo de niebla,
el globo de lustrosos vilanos encendidos, la piedra imán que absorbe su fatal alimento,
la ráfaga emplumada que gira y se detiene alrededor de un ascua en torno de un temblor-.
Y ya habías aparecido en este mundo, intact
a en tu negrura inmaculada desde la cara
hasta la cola, más prodigiosa aún que el gato de Cheshire,
con tu porción de vida como una perla roja b
rillando entre los dientes.

Però hi ha també el desig de viure, el reconeixement de les coses senzilles que esdevenen grans actes:

XIV
Jugabas a esconderte entre los utensilios de cocina
como un extraño objeto tormentoso entre indecibles faunas,
o a desaparecer en las complicidades del follaje

con un manto de dríada dormida bajo los velos de la tarde,
o eras sustancia yerta debajo de un papel que se
levanta y anda.
Henchías los armarios con organismos palpitantes
o poblabas los vestidos vacíos con criaturas decapitadas y fantasmas.
Fuiste pájaro y grillo, musgo ciego y topacios er
rantes.
Ahora sé que tratabas de despistar a tu perseguidora con efímeras máscaras.
No era mentira el túnel con orejas de liebre
ni aquella cacería de invisibles mariposas nocturnas.
Te alcanzó tu enemiga poco a poco

y te envolvió en sus telas como con un disfraz de lluviosos andrajos.
Saliste victoriosa en el irreversible juego de no
estar.
Sin embargo, aún ahora, cierta respiración desliza un vidrio frío por mi espalda.
Y entonces ese insecto radiante que tiembla en
tre las flores,
la fuga inexplicable de las pequeñas cosas,

un hocico de sombra pegado noche a noche a la ventana, no sé, podría ser,
¿quién me asegura acaso que no juegas a estar, a
que te atrapen?

De "Cantos a Berenice" 1920

La seva veu és la bellesa de la paraula que convida a la reflexió, que cerca en el passat, en el mite, com en un mirall en el qual, dins el seu reflex ens hi podem veure tots:

Si la casualidad es la más empeñosa jugada del destino,

alguna vez podremos interrogar con causa a esas escoltas de genealogías
que tendieron un puente desde tu desamparo hasta mi exilio
y cerraron de golpe las bocas del azar.
Cambiaremos panteras de diamante por abuelas de trébol,
dioses egipcios por profetas ciegos, garra tenaz por mano sin descuido,
hasta encontrar las puntas secretas del ovillo que devanamos juntas
y fue nuestro pequeño sol de cada día.
Con errores o trampas, por esta vez hemos ganado la partida.

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