Tengo la suerte de conocer personalmente a Hypatia Pétriz, la autora de esta novela, y digo 'suerte' porque es una fortuna tener el privilegio de ver cómo se desarrolla un escritor desde sus inicios, que es lo que me ha pasado a mi con ella.
La gran mayoría de artistas dan muestras de sus dotes a muy temprana edad y Hypatia no es una excepción. La conocí con 13 años y ya entonces quiso compartir conmigo algunos de sus escritos, unas pequeñas maravillas, tanto por el argumento como por el estilo, que me impresionaron por la madurez de sus reflexiones. Por eso, no me extrañó cuando supe que La Galera iba a publicarle una novela, una historia que tiene algo de autobiografía aunque predomine la ficción: Diario de H.
El libro narra en primera persona el día a día de una adolescente que se topa por primera vez con esas constantes que no dejan de aparecer en la vida de los adultos: el amor, la amistad, el desengaño, el reto, el fracaso... Y lo hace de una manera abierta, directa y fresca, como se corresponde a la actitud de alguien que aún arrastra jirones de niñez.
La gran mayoría de artistas dan muestras de sus dotes a muy temprana edad y Hypatia no es una excepción. La conocí con 13 años y ya entonces quiso compartir conmigo algunos de sus escritos, unas pequeñas maravillas, tanto por el argumento como por el estilo, que me impresionaron por la madurez de sus reflexiones. Por eso, no me extrañó cuando supe que La Galera iba a publicarle una novela, una historia que tiene algo de autobiografía aunque predomine la ficción: Diario de H.
El libro narra en primera persona el día a día de una adolescente que se topa por primera vez con esas constantes que no dejan de aparecer en la vida de los adultos: el amor, la amistad, el desengaño, el reto, el fracaso... Y lo hace de una manera abierta, directa y fresca, como se corresponde a la actitud de alguien que aún arrastra jirones de niñez.
Esa efervescencia narrativa me ha sorprendido porque, habiendo leído escritos tan maduros de la autora, no esperaba que tuviese tanta versatilidad. Su capacidad para adaptar el discurso a lectores de su edad me ha maravillado. Así, Hypatia aparca sus construcciones más elaboradas y su lucidez introspectiva para dejar paso a un diálogo espontáneo, en el que alterna hábilmente reflexiones claras y referencias constantes a sus grandes pasiones: la música y la literatura. De este modo recupera anécdotas muy líricas y revive nombres míticos del rock para acercarlos a sus lectores. Incluso el cine tiene su espacio en el maravilloso mundo de H. Y es un auténtico placer ver cómo todas esas viejas leyendas lucen en su universo.
Diario de H. es algo más que una historia de primeras experiencias que emociona y engancha, para los adultos es, además, un viaje hacia su antiguo corazón. Un trayecto de ida que nos transporta a aquellos días de adolescencia en que todo se vivía con anhelante intensidad. Pero, por encima de todo, es el testimonio del despegue de una nueva y brillante autora con mucho aún por contar.
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