Leí
este libro hará unos tres años, cuando acababa de publicarse. Por aquella época
yo trabajaba de librera y a menudo los comerciales de las editoriales me daban
muestras de libros que estaban a punto de salir. Recuerdo que, al empezar a
leer, me pregunté si sería capaz de atraparme. El motivo de mi duda se debía a
que se trata de una novela escrita en forma epistolar, por lo que arrancaba con
una carta en la que la protagonista comenta ciertos hechos con los que el
lector aún no está familiarizado.
Para
mi sorpresa, no sólo me atrapó sino que me sedujo a lo largo de todas sus
páginas que devoré con avidez.
La
acción se sitúa a inicios del año 1946, cuando Londres empieza a resurgir de la
debacle provocada por la Segunda Guerra
Mundial. La protagonista es una escritora, Juliet Ashton, quien por azar entra
en contacto con uno de los habitantes de una de las isla del Canal de la Mancha, Guernsey. A
medida que Juliet y el desconocido intercambian cartas, ella se va quedando
atrapada en el curioso mundo de él y de sus vecinos, los miembros de una
peculiar sociedad literaria. A través de
las cartas se nos muestra la variopinta galería de personajes, todos unidos por
su aficción a la literatura, y su manera de sobrellevar la ocupación nazi
organizando reuniones de lectura alrededor de un pastel de piel de patata.
A
mi me gustó por varios motivos: por la originalidad, por la ironía que exuda,
por la manera en que nos acerca a los personajes, por la diversidad humana que se
refleja... Todas estas virtudes la convierten en una lectura que merece la
pena. Da un original enfoque a la experiencia de la ocupación nazi y te
arrastra hasta el corazón de los personajes que laten al compás de la
literatura.
La escritura es
muy detallista, retrata a la perfección las emociones de sus protagonistas pero
sin caer en el sentimentalismo, aunque haya algunos momentos bastante dramáticos.
Por eso es de agradecer que suavice los aspectos más duros, los provocados por
la situación bélica, con el enfoque campestre y jovial de las numerosas
anécdotas que aparecen en el libro.
La novela fue
escrita a cuatro manos, aunque en principio no estaba pensado que fuese así. Su
principal autora fue Mary Ann Shaffer,
nacida en Martinsburg (West Virginia) en 1934. Shaffer trabajó como
bibliotecaria, librera y editora, pero su sueño fue siempre publicar un libro. La obra empezó a gestarse en su cabeza
de forma casual cuando visitó la isla, Guernsey, en 1976, durante un viaje al
Reino Unido. Mientras esperaba en un aeropuerto, debido a una densa niebla que
impedía salir ningún avión, empezó a leer todos los libros que pudo comprar.
Las lecturas despertaron un repentino interés por la historia de la isla
durante la ocupación. Unos años más tarde, cuando el club de lectores al que
asistía propuso que todos los miembros escribieran una novela, ella se inspiró en
Guernsey. La historia gustó mucho a los editores pero, por desgracia la autora
empezó a tener problemas de salud y pidió a su sobrina, Annie Barrows, que la
terminara. Barrows, nacida en San Diego en 1962, también estaba muy vinculada
al mundo literario como su tía. Fascinada por la novela, Annie aceptó el
encargo y acabó la novela ya que, desafortunadamente, Mary Ann Shaffer murió en
2008 antes de verla publicada.
Ahora
que han quedado atrás las vacaciones, creo que La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey es
una propuesta genial para regalarnos un buen rato de lectura. Además, como
dicen en la novela: "Leer buenos libros te impide disfrutar de los
malos".
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