La autora de La gramática del amor, Rocío Carmona, acaba de
publicar una nueva novela. En este caso, aunque el estilo sigue manteniendo la
misma introspección reflexiva y emocional, el argumento es mucho más rico y sus
personajes bastante más complejos.
La protagonista de la historia es, como se deduce por el
título, Hannah, una chica cuya principal particularidad es que pertenece a la
agrupación religiosa de los Amish. Esta circunstancia le sirve a la autora para
recrear, con una meticulosidad realmente asombrosa, ese mundo anclado en las
tradiciones y forma de vida de más de tres siglos atrás. Sin embargo, la vida
de la chica, tan previsible y segura, sufre un giro radical cuando aparece un
joven periodista, Daniel, perteneciente a la sociedad moderna que ellos
rechazan.
Ese es el punto de partida sentimental que lleva a Hannah a plantearse
un futuro que hasta entonces no se había cuestionado. El impulso pasional que
siente hacia el chico, junto con su inquietud juvenil, la llevan a sobrepasar
los límites impuestos por los suyos y acaban por convertirla en una condenada. Rechazada
y castigada por su familia y sus vecinos, Hannah consigue sobreponerse a la
adversidad y toma la determinación de seguir su propio camino. Sin embargo, ese
otro mundo aparentemente más permisivo e ilimitado no resulta ser tampoco un
lugar agradable. Enfrentada a su soledad, sus dudas y sus miedos, encontrar a
Daniel se convierte en su único objetivo. Pero la búsqueda encierra también
amargas sorpresas para ella.
Con una minuciosidad delicada y precisa, Rocío Carmona
retrata un mundo idílico pero despiadado para recrear luego una sociedad de
fingida libertad, que esconde tras de sí un inmenso vacío. Y en mitad de tanta
hostilidad, las personas surgen como estrellas en el firmamento. Iluminando
esos vacíos y marcando en las sombras una senda donde orientarse.
En esta nueva obra se percibe como la autora ha madurado
literariamente. Con un lenguaje cuidado y sencillo, se sumerge en las
inquietudes de los protagonistas consiguiendo evocar la desazón que produce una
sociedad sin alma. Los protagonistas parecen naúfragos a la deriva que consiguen
orientarse sólo a veces. Sólo un personaje se escapa a ese vagabundeo y es,
precisamente, un nómada. El resto son criaturas que intentan librarse de un
presente demasiado voraz, tan ávido de sueños que a veces les engulle. Es el
caso de uno de los personajes, el alter ego de Hannah, que Carmona introduce de
forma velada como su contrapunto oscuro. Se trata de una historia donde la
protagonista se ha dejado vencer, donde los peligros del presente han
conseguido cobrarse una víctima.
Rocío Carmona hace emerger en El corazón de Hannah la grandeza de la pequeñez haciendo hincapié
en el valor de la autenticidad. Pero, además (y creo que es uno de los grandes
aciertos del libro) nos muestra a partes iguales los defectos y las virtudes de
dos formas de vida opuestas sin decantarse por ninguna de ellas. Simplemente
deja a los personajes, y de paso al lector, encontrar su propia senda.
Gràcies per una ressenya tan càlida i ben enfocada, Sílvia!
ResponEliminaM'alegra que EL COR DE LA HANNAH t'hagi agradat tant com a mi :)))