divendres, 28 de desembre del 2012

'LOS SECRETOS DE ESTHER', de RUTH BERNÁRDEZ



Finalizo el año con la reseña de un libro que he esperado ansiosamente, no ya desde que supe que iba a publicarse sino mucho antes. Porque desde que conocí a la autora, Ruth Bernárdez, a través del Foro oficial de Esther, supe que más tarde o más temprano escribiría sobre la protagonista de Esther y su mundo ya que pocas personas saben tanto sobre sus aventuras, personajes y sobre su creadora. Así que era sólo cuestión de tiempo que apareciera una publicación como Los secretos deEsther.

El título ya es lo suficientemente explícito como para darnos idea de lo que nos vamos a encontrar nada más pasar la primera página. Pero, además, el prólogo de Rosa Martí nos situa en el ámbito inquieto de la expectación al estimular nuestros recuerdos, evocando la emoción con la que una gran mayoría de mujeres de mi generación leíamos las aventuras de Esther, preparándonos para contemplar a nuestra heroína con una mirada distinta. Y así es. Nada más adentrarnos en la lectura del primer capítulo notamos como nuestro enfoque cambia radicalmente.

Los secretos de Esther empieza por acercarnos a la creadora de las magníficas ilustraciones de Esther y su mundo, Pura Campos. A medida que la vamos conociendo y vemos su evolución profesional, comprendemos como ha sido capaz de dotar de una personalidad tan definida a todos y cada uno de los personajes que intervienen en el cómic. Esa aproximación al quehacer de la ilustradora nos lleva enseguida hacia los protagonistas de las historietas. En tan solo unos párrafos, la autora del libro describe con precisión los distintos carácteres de los personajes y nos demuestra que, ademas de las características que les aporta el guión, se apoyan también en una imagen nacida de la ilimitada creatividad de Pura Campos. Así, nos percatamos de la habilidad de la artista para conseguir que las distintas formas de ser se manifiesten a través del vestuario, de los colores, de los complementos... Luego, se nos muestra cómo esa capacidad de Pura se manifiesta también en el cambio de décadas, en las tendencias de los 70 y de los 80, sobretodo en el campo de la moda, pero también en el de la música y en las costumbres.

A medida que el libro avanza Ruth Bernárdez desgrana las virtudes y defectos de cada personaje e, incluso, interpreta los orígenes de sus comportamientos. Como un cirujano, disecciona las relaciones sociales que los unen e incluso se adentra en el ámbito geográfico e histórico donde tienen lugar las aventuras, aportando curiosidades sobre censuras y adaptaciones en nuestro país.

Aunque sigamos sintiendo la misma simpatía y una idéntica afinidad con la protagonista de las historietas, al leer Los secretos de Esther nos damos cuenta de detalles que nos habian pasado por alto o a los que no habíamos dado demasiada importancia. Es entonces cuando estos adquieren una nueva magnitud. Y no sólo eso, sino que, además, damos un nuevo valor a todo el entramado creado por los autores, Phillip Douglas y Pura Campos, para dotar de humanidad a los personajes.

Ruth Bernárdez (derecha), Pura Campos y Carlos Portela en la presentación del libro en Madrid.  Foto: Tebeosfera.com.

Ese, sin duda, es el gran acierto y la mayor virtud de Esther y su mundo: el realismo y la verosimilitud de un universo en el que todos nos hemos reconocido. Gracias a ello se ha podido crear un vínculo tan estrecho con los lectores. Una unión que pervive a lo largo del tiempo porque avanza con él, que es lo que nos demuestra  Los secretos de Esther.

Lo que no es un secreto es que Ruth Bernárdez ha hecho un trabajo minucioso en el que se nota el gran conocimiento que tiene de los cómics de Esther y su mundo, así como su experiencia como periodista. Es una obra escrita en un lenguage claro y directo, sin otra ambición que la de mostrar la incidencia que el paso del tiempo ha tenido en la evolución de la historieta protagonizada por la pecosa y tímida adolescente, sobretodo en lo relacionado con la moda, costumbres y ocio. El resultado es un libro ameno, interesante y visualmente atractivo, que, como ya he dicho, nos hace ver a Esther con otros ojos.


dimecres, 19 de desembre del 2012

AQUELLAS POSTALES DE NAVIDAD...



Postal de Constanza. Foto: todocolección.net
Siempre que se acercan las fiestas navideñas recuerdo el tiempo en que solía escribir felicitaciones a mis compañeras de clase.

Postal de Ferràndiz. Foto: todocolección.net
De esto hace más de treinta años, hablo de finales de los 70 y principios de los 80, y seguramente fue una costumbre que duró sólo tres o cuatro años pero, como todo lo que ocurre en la niñez, lo viví de una manera muy intensa e ilusionante.

Antes de que llegaran las vacaciones de Navidad, al salir de la escuela me llegaba hasta una papelería (hoy ya desaparecida) para comprar unas cuantas postales. Sólo unas pocas porque no podía, ni yo ni mis compañeras, coger para toda la clase ya que éramos 40 o 41 niñas (las escuelas mixtas apenas empezaban a imponerse). Por eso teníamos que elegir una cantidad bastante limitada destinada a aquellas que nos eran más cercanas, las que se sentaban cerca de nuestra mesa o con las que solíamos jugar y charlar.

Sin embargo, esto no quitaba ilusión a la tarea de elegir, de la cajita que me ofrecía la dependienta, siete u ocho felicitaciones navideñas para mis amigas. De pie, apoyada en un rincón del mostrador, iba pasando las distintas postales hasta que veía una que me gustaba y la dejaba de lado sobre el vidrio.


Generalmente solían ser de pastorcillos y animalitos, dibujadas con trazos redondeados que daban a las caritas de niños y angelitos una expresión muy tierna. Por ello, solía llevarme las de Joan Ferrándiz, aunque también me gustaban mucho las de Constanza Armengol, J.Vernet, Gallardo o Peralta, ilustradores tan poco reconocidos que cuesta encontrar algo de información sobre ellos en la red.

Una vez había hecho la elección me volvía a casa pensando en lo que escribiría a cada una, porque al día siguiente las entregaría personalmente. El correo sólo era por los familiares o amigos que no vivían en el barrio, las compañeras siempre nos dábamos las felicitaciones en mano. Antes de comenzar la clase, o al terminar, sacamos las postales de la cartera y las repartíamos.


Postal de Constanza. Foto: todocolección.net
Es curioso, pero no recuerdo cómo eran las que yo recibía. Sólo me ha quedado grabado en la memoria el hecho de la elección, las ilustraciones y aquella papelería que ahora es una tienda de Movistar. Seguramente me debían enviar el mismo estilo de tarjetas, porque a todas nos gustaban las postales de Ferrandiz y los ilustradores que dibujaban los cuentos de nuestra infancia, unos artistas de los que poco sabemos pesar del color que pusieron en nuestras primeras lecturas.

Aunque ahora prefiero otros estilos de felicitación, nunca han dejado de gustarme las de Ferrándiz, quizás porque aquella niña ilusionada de hace tres décadas renace cada Navidad. Aprovechando que estos días está aquí, la dejo elegir una postal para desearos unas FELICES FIESTAS de todo corazón!

Postal de Ferràndiz

dilluns, 17 de desembre del 2012

AQUELLES POSTALS DE NADAL....

Postal de Ferràndiz. Foto: todocolección.net
Sempre que s'acosten les festes nadalenques recordo el temps en què solia escriure felicitacions a les meves companyes de classe. 

D'això en fa més de trenta anys, parlo de finals dels 70 i principis dels 80, i segurament va ser un costum que va durar només tres o quatre anys però, com tot el que passa a la infantesa, ho vaig viure d'una manera molt intensa i il·lusionant.

Abans que arribessin les vacances de Nadal, en sortir de l'escola m'hi arribava fins a una papereria (avui ja desapareguda) per tal de comprar unes quantes postals. Només unes poques perquè no podia, ni jo ni les meves companyes, agafar-ne per a tota la classe ja que erem 40 o 41 nenes (les escoles mixtes tot just començaven a imposar-se). Per això havíem de triar-ne una quantitat força limitada destinada a aquelles que ens eren més properes, les que seien a la vora o amb les que acostumavem a jugar i xerrar.

Postal de Constanza. Foto: todocolección.net
Tanmateix, això no restava il·lusió a la tasca d'escollir, de la capseta que m'oferia la dependenta, set o vuit nadales per a les meves amigues. De peu, recolzada en un racó del taulell, anava passant les diferents postals fins que en veia una que m'agradava i la deixava de banda damunt del vidre.

Generalment solien ser de pastorets i animalets, dibuixades amb traços arrodonits que donaven a les carones d'infants i angelets una expressió molt tendre. Per això, solia endur-me les de Joan Ferràndiz, tot i que també m'agradaven molt les de Constanza Armengol, J.Vernet, Gallardo o Peralta, il·lustradors aquests últims tan poc reconeguts que costa trobar una mica de informació a la xarxa.

Un cop havia fet la tria me'n tornava a casa pensant en el què  escriuria a cadascuna, perquè l'endemà les lliuraria personalment. El correu només era pels familiars o amics que no vivien al barri, les companyes sempre ens les donavem en mà. Abans de començar la classe, o en acabar, treiem les postals de la cartera i les repartíem.

Postal de Constanza. Foto: todocolección.net
És curiós, però no recordo com eren les que jo rebia. Només m'ha quedat gravat a la memòria el fet de la tria, les il·lustracions i aquella papereria que ara és una tenda de Movistar. Segurament em devien enviar el mateix estil de felicitacions, perquè a totes ens agradaven les postals de Ferrandiz i dels il·lustradors que dibuixaven els contes de la nostra infantesa, uns artistes dels que poc sabem malgrat el color que van posar a les nostres primeres lectures.

Tot i que ara prefereixo altres estils de felicitació, mai no han deixat d'agradar-me les de Ferràndiz, potser perquè aquella nena il·lusionada de fa tres dècades revifa cada Nadal. Aprofitant que aquest dies és aquí,  la deixo triar una postal per desitjar-vos unes BONES FESTES de tot cor!

Postal de Ferràndiz


dilluns, 10 de desembre del 2012

'EL CORAZÓN DE HANNAH', de ROCÍO CARMONA



La autora de La gramática del amor, Rocío Carmona,  acaba de publicar una nueva novela. En este caso, aunque el estilo sigue manteniendo la misma introspección reflexiva y emocional, el argumento es mucho más rico y sus personajes bastante más complejos.

La protagonista de la historia es, como se deduce por el título, Hannah, una chica cuya principal particularidad es que pertenece a la agrupación religiosa de los Amish. Esta circunstancia le sirve a la autora para recrear, con una meticulosidad realmente asombrosa, ese mundo anclado en las tradiciones y forma de vida de más de tres siglos atrás. Sin embargo, la vida de la chica, tan previsible y segura, sufre un giro radical cuando aparece un joven periodista, Daniel, perteneciente a la sociedad moderna que ellos rechazan.

Ese es el punto de partida sentimental que lleva a Hannah a plantearse un futuro que hasta entonces no se había cuestionado. El impulso pasional que siente hacia el chico, junto con su inquietud juvenil, la llevan a sobrepasar los límites impuestos por los suyos y acaban por convertirla en una condenada. Rechazada y castigada por su familia y sus vecinos, Hannah consigue sobreponerse a la adversidad y toma la determinación de seguir su propio camino. Sin embargo, ese otro mundo aparentemente más permisivo e ilimitado no resulta ser tampoco un lugar agradable. Enfrentada a su soledad, sus dudas y sus miedos, encontrar a Daniel se convierte en su único objetivo. Pero la búsqueda encierra también amargas sorpresas para ella.

Con una minuciosidad delicada y precisa, Rocío Carmona retrata un mundo idílico pero despiadado para recrear luego una sociedad de fingida libertad, que esconde tras de sí un inmenso vacío. Y en mitad de tanta hostilidad, las personas surgen como estrellas en el firmamento. Iluminando esos vacíos y marcando en las sombras una senda donde orientarse.

En esta nueva obra se percibe como la autora ha madurado literariamente. Con un lenguaje cuidado y sencillo, se sumerge en las inquietudes de los protagonistas consiguiendo evocar la desazón que produce una sociedad sin alma. Los protagonistas parecen naúfragos a la deriva que consiguen orientarse sólo a veces. Sólo un personaje se escapa a ese vagabundeo y es, precisamente, un nómada. El resto son criaturas que intentan librarse de un presente demasiado voraz, tan ávido de sueños que a veces les engulle. Es el caso de uno de los personajes, el alter ego de Hannah, que Carmona introduce de forma velada como su contrapunto oscuro. Se trata de una historia donde la protagonista se ha dejado vencer, donde los peligros del presente han conseguido cobrarse una víctima.

Rocío Carmona hace emerger en El corazón de Hannah la grandeza de la pequeñez haciendo hincapié en el valor de la autenticidad. Pero, además (y creo que es uno de los grandes aciertos del libro) nos muestra a partes iguales los defectos y las virtudes de dos formas de vida opuestas sin decantarse por ninguna de ellas. Simplemente deja a los personajes, y de paso al lector, encontrar su propia senda.

dimarts, 4 de desembre del 2012

‘EL SECRET DEL MEU TURBANT’, de NADIA GHULAM i AGNÈS ROTGER


Foto: Núria López.
Fa poc més d’una setmana que vaig assistir a la xerrada a càrrec de Nadia Ghulam, organitzada per la Biblioteca Ilturo, en col·laboració amb l’associació D’ones de Cabrera de Mar.

Tan bon punt vaig assabentar-me d’aquest acte, vaig tenir clar que no em podia (ni volia) perdre aquella conferència. Uns mesos abans havia llegit un article d’opinió, escrit per Glòria Olivella, de l’Associació Unesco El Masnou, sobre la xerrada que Ghulam va fer a la biblioteca de Teià, i em va interessar molt la seva història. Així doncs, vaig començar a llegir El secret del meu turbant per tal de poder conèixer a fons les vivències de la seva protagonista i co-autora del llibre, una noia de l'Afganistan que es va veure forçada a viure com a home durant uns quants anys.

Només vaig necessitar dos dies per llegir-lo. La força del relat, el valor que traspuava aquell testimoni i l’agilitat del llenguatge en van ser els responsables. De seguida em va seduir la protagonista, un ser de carn i ossos que semblava parlar-me a mi, confiar-me els seus records, els seus anhels, la seva personal odissea... El seu periple em va commoure, però no perquè em provoqués indignació o llàstima, no, sinó per la seva capacitat de fer-me veure la força que pot desvetllar el pur desig de viure.

En acabar el llibre les meves ganes de conèixer a la protagonista d’aquella temible experiència eren immenses. Ja havia llegit novel·les testimonials, K.L. Reich o Si això és un home, però aquest era el primer cop que podria parlar amb el seu autor. Per això quan la vaig veure vaig sentir un gran respecte. De fet, em vaig sentir privilegiada de tenir l’oportunitat de xerrar directament amb un testimoni de la història, amb algú que havia conegut el cantó més fosc dels humans, algú que havia tensat els seus propis límits i que, segurament, era el més semblant a un heroi.

Nadia Ghulam va omplir totes les expectatives que tenia. Es va expressar en un correcte català, demostrant la seva gran capacitat d’aprenentage i les seves ganes de conèixer; i va saber comunicar, com ho fa al llibre, la intensitat de la seva experiència. Crec que tots els que érem allà vam quedar impressionats en veure la saviesa d’una dona tan jove. Sense haver arribat encara als 30, Nadia va ser capaç d’ensenyar-nos a valorar tot el que tenim i ens va demostrar que la voluntat és mes forta que la por.

El secret del meu turbant és fruit, segons ens va explicar, del seu desig que apreciem tot allò que ens passa desapercebut. Perquè ella va perdre, fa molts anys, un munt de coses, entre elles part de la seva infantesa. Tanmateix, el record d’aquell temps, d’aquella felicitat, no l’abandona i podem palpar-lo al llarg dels fulls. Enmig de les bombes, la fam i la lluita per sobreviure, hi ha una memòria que és, crec, la que la impel·leix a tirar endavant. 

La història de Nadia Ghulam és del millor que he llegit darrerament. Perquè, a més de la importància del seu testimoniatge, el llibre està escrit amb una senzillesa elegant, feta de frases breus però sense deixar de banda una delicadesa gairebé poètica. És el resultat de l’habilitat literaria d’AgnèsRotger i la nitidesa dialèctica de Nadia Ghulam qui, tal com va dir, va revisar amb cura tot el que la seva companya escrivia després que ella li expliqués. Aquest acurat treball els va valer el Premi Prudenci Bertrana de novel·la 2010. Un guardó, sens dubte, ben merescut.